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OPINIONES DEL ARTISTA
 
OPINION I -

“LA PINTURA NO SE INVENTA...Y SE INVENTA TODOS LOS DÍAS”

     En verdad, la pintura -como otras expresiones artísticas- nacen con la persona, como un impulso vital. Con tales condiciones, ese ser es capaz de liberar su imaginación y, con la materia disponible, representar el mundo concreto o materializar el invisible. Y más aún, fantasear.
 


     La pintura no se inventa....Es en vano que el artista pretenda ser “original”. Y además, es lamentable y a veces enfermizo. La originalidad nos llega sin darnos aviso. Es como un maná que se nos cae encima, que nos baña, sin que seamos concientes. El pintor nunca repara en que está pintando un buen cuadro; recién se da cuenta cuando lo finaliza. Tenía razón Castagnino cuando decía: “Hay que pintar, pintar mucho,...hay que estar siempre con el pincel en la mano,...por ahí pasa no se qué...y sale un buen cuadro”.
Además, para lograr ser original, hay que “creer” en el arte. Y muchas veces vemos cuadros, en los que intuimos la falta de convicción de quien los pintó.

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     Siempre he pintado paisajes. A veces logrados, con “vuelo”; otras, no. Como corresponde a toda tarea humana, y más aún a lo imponderable del arte y por ende a su realizador, el pintor.
He pasado muchas horas pintando al aire libre; inefables horas, besado por el sol y acariciado por el viento. Hace muchos años dejé de hacerlo, y mis paisajes comenzaron a ser la sumatoria de tantos otros. Ahora son la síntesis de mis recuerdos, y ni yo mismo distingo cuanto tienen de real y cuanto de imaginario. Así es como he llegado a convencerme de que la pintura se inventa todos los días.

OPINION II -

EL ARTE ACTUAL Y SUS DESVIACIONES
¿Arte o espectáculo?


     Las fronteras del arte se desvanecen. Los campos que abarcaban las diversas expresiones artísticas hasta finales de la década del 50’, han ido cambiando y se han multiplicado de tal manera que la clásica división de las artes plásticas ha perdido vigencia. Hasta esa época -pasando por alto el dadaísmo, que más que corriente artística fue filosófica y de carácter contestatario- los artistas pintaban, esculpían, grababan, hacían collages.

     En la actualidad se suceden muy diversas e insólitas propuestas, por medio de novísimos métodos y sistemas y realizados con los materiales más heterogéneos. Ya es historia antigua que un hombre se haya seccionado un dedo y con su sangre manchado una tela y fuese considerado artista. O que otro haya pintarrajeado a una mujer desnuda para que luego rodara sobre una tela. O que la Tate Gallery haya pagado miles de dólares para comprar como obra de arte excremento humano. La cuestión ahora va mucho más lejos y depara un insospechado futuro. En el presente, no habiendo aún asimilado la enorme variedad de expresiones, el arte se expande y se interrelaciona cada día más con otras manifestaciones que son en principio extra-artísticas.

     En un pasado no tan remoto, las transformaciones que sufría el arte o los grandes cambios que daban origen a corrientes, escuelas o tendencias podían estar a cargo de un artista, que, individualmente y por sí mismo, trastocaba el orden artístico; como fue el caso de Picasso, Dalí, Mondrian, Pollock, entre otros. A veces podía ser un grupo de inquietos jóvenes. Pero en la actualidad los cambios en el arte, son verdaderas dislocaciones o trastocamientos, como producto y expresión de la cambiante sociedad considerada como un bloque unificado, según los sociólogos innegablemente masificado y hedonista, motorizado por los medios de comunicación y éstos guiados por el marketing, que a su vez dirige los pasos del mercado consumidor.

     Desde otro punto de vista, la creciente individualidad en la creación da pie para que haya tantas “corrientes o tendencias” como artistas existan; mientras que la masificación se concreta y toma cuerpo en el grupo social, apareciendo como “masa espectadora”, sujeta entonces a los vaivenes de la moda. Las páginas de diarios y revistas que reseñan la actividad artística y las inauguraciones lo demuestran: aparecen las fotos de los “personajes del momento”, pero no las obras. Así, lo que debería ser un acontecimiento artístico, resulta ser un mero hecho social, y finalmente el arte deviene espectáculo.


OPINION III -

LOS CIELOS Y SOLES DE MI PAÍS


     Mi pintura ha ido cambiando a través de los años, como yo mismo habré cambiado. Al principio el tema era mi ciudad natal, Buenos Aires, con sus calles empedradas y sus antiguas casonas: una arquitectura que ahora comienza a despertar interés. Luego fueron los cafés con sus mesas gastadas y los billares con sus trasnochados billaristas. Mis viajes por el mundo tuvieron como resultado otras visiones: antiguas aldeas europeas, canales venecianos o playas tropicales; todas ellas se plasmaron en cuadros, siempre coloridos, siempre sensibles.

     El paisaje nunca había estado ausente: por el contrario, son incontables las horas que habré pasado entre la naturaleza, pintando con el fervor que se acrecienta cuando el viento y el sol dan en la cara. Pero en realidad, en esos cuadros, no estaba presente mi país. Casi podría decir que eran paisajes "universales". Hasta que un día aparecieron los horizontes, los cielos, los soles. Y por primera vez sentí que pintaba a mi tierra o por lo menos lo que es considerado el símbolo, la síntesis de la Argentina: la pampa. Un paisaje casi único, donde el sol se derrama, donde la llanura es infinita y el cielo se une con el campo, de tal manera que el horizonte, aquella indefinible línea, parece ser el fin, el precipicio absoluto, el lugar donde la tierra acaba.

     Entonces, estando allí, si uno gira la cabeza en derredor, se siente el eje de ese mundo. La soledad absoluta de esa planeidad, donde durante horas puede no vislumbrarse ni hombre ni animal, me ha brindado sin embargo la magia de sus cielos que nunca son estáticos y de sus soles que se multiplican. Esos cielos y esos soles toman entonces una importancia tascendental para el hombre, que es tan silencioso y reconcentrado como la tierra que lo rodea. Ella pareciera tragárselo, pero en realidad le abre sus entrañas, se le entrega.

     La pampa, sus pastizales y sus interminables alambrados, atmósfera de soledad, a veces apacible a veces inquietante. Ese es el paisaje que intuyo más que conozco y que desde hace años quiero desentrañar y revelar a los demás.


OPINION IV -


EL ARTE ACTUAL Y LA PREVALENCIA DE LA IMAGEN
La secuencia arte-imagen-diseño-moda


     El hecho de que lo que antes llamábamos “artes plásticas” ahora se identifique como “artes visuales”, demuestra que a través del tiempo, lo visual, o sea la imagen, ha desplazado a lo específicamente estético. De allí que el "impacto visual" sea el fin que muchas veces se persigue, a veces con tal obstinación, que el resultado va en detrimento del arte mismo.

     El más importante factor del mencionado cambio es la imagen, la que se está imponiendo por sobre el mismo concepto del arte. Sin ninguna duda que el arte fue desde sus comienzos imagen. Pero en sus inicios ésta se sostenía por razones exclusivamente estéticas, y hoy lo es por razones de comunicación, de transmisión de novedosas ideas y nuevos paradigmas. Sea la imagen-estática o la imagen-movimiento, en cualquiera de ellas, la imagen se impone en la realidad de los hechos. Y de la mano de la imagen se deslizan y se entremezclan el diseño y la moda. Así es como las nuevas galerías, ahora identificadas con el término de “espacios”, abarcan indiscriminadamente el arte, el diseño y la moda, a lo que ahora se agrega la gastronomía. Y ya superan en número a las galerías tradicionales. De tal manera que el tema ha ido tan lejos como para ser tema no de críticos de arte, sino de sociólogos.

     Si en el análisis que estamos planteando introducimos el tema belleza, actual preocupación y motivo de discusión de muchos críticos y artistas, vemos que complejo y dificultoso resulta sacar a luz cada uno de esos factores y relacionarlos adecuadamente. Desentrañar ese eslabonamiento parece inalcanzable. Es como enfrentarse a un cuadro del Bosco y querer aprehenderlo en su totalidad.

     Desde otro ángulo, pero en íntima conexión con todo lo anterior, somos concientes de que vivimos en la era de la exaltación de los sentidos, tal como lo predecía Nietzsche; y de todos ellos el fundamental es la vista y su sostén, la imagen. Esa exaltación de los sentidos se ha volcado al arte. Así, la imagen en sus variantes de contundente, masiva, descarnada, brutal, dulzona, inconsistente, sexuada, etc, es un ingrediente casi infaltable en la producción artística actual. De tal manera, mucho de lo que se pinta, esculpe, pega, instala, digitaliza y sus ejecutores, los artistas, son el reflejo de la sociedad que conformamos, y si todo ello puede no parecer inquietante, es al menos confuso. Por otra parte la denominación “arte contemporáneo”, no define en absoluto y resulta extemporánea para clasificar a lo que pretende ser novedoso u original. Por eso es grave que en la actualidad, no haya genuinos movimientos artísticos, escuelas, corrientes, o tendencias, o cualquiera de los “ismos” que se sucedían años atrás, porque el “todo vale” termina siendo solo mero entretenimiento.

     El futuro del arte es difícil de prever. Pero eso será motivo de otro análisis, tal vez encarado desde el ángulo de “el arte del futuro”.

OPINION V -

EL ARTE DEL FUTURO

     Todo intento de evaluar el futuro, presenta la dificultad de entrar en el campo de las predicciones y por lo tanto de trabajar con supuestos. Está demás decir los peligros que ello implica. Y ni que hablar si pretendemos introducirnos con esa intención en el campo del arte, porque el punto de partida es observar lo que hoy vemos como expresiones artísticas: un amplio abanico de formas de expresión, que van mucho más allá de todas las “tendencias”, “movimientos”, “corrientes” y “escuelas” que nos inundaron durante todo el siglo XX, hasta hace unos 10 años. En esta circunstancia, entrever lo que vendrá en el campo artístico puede sonar más que ilusorio, arriesgado. Sin embargo el tema apasiona y vale la pena evaluar las posibilidades de las formas y contenidos que tendrá en los tiempos por venir, la expresión más elevada del ser humano.

     El arte del futuro tendrá como razón de ser el destinatario. Esto que parecería una obviedad, no lo es, porque no estaríamos considerando al ser humano como individuo, sino al mismo integrado a un conjunto, perteneciente a un grupo social. A él le estará dedicado todo lo que se elabore con las aún desconocidas ideas, paradigmas y tecnologías. Porque el arte será “masificado” en forma tal como para alcanzar a muchos grupos humanos, con tremenda inmediatez: el arte tendrá una escala de grandes magnitudes en lo espacial y en lo numéricamente social.

     El futuro nos deparará renovadas filosofías y expresiones artísticas paralelamente a como vayan cambiando las ideas, las actitudes y los comportamientos de las personas. Creo en el devenir de un arte con un alto poder comunicacional de carácter masivo, a veces monumental y que se imbricará principalmente con la arquitectura; que utilizará la electrónica, la digitalización y otros medios técnicos no completamente desarrollados y aún desconocidos. Las perfomances a las que hemos asistido desde el ´60 en nuestro medio, y bastante antes en Europa y EEUU, abarcando espacios arquitectónicos, ámbitos y geografías y sociedades diversas, se multiplicarán. El nudo de esas “intervenciones”, tendrá un sentido fundamentalmente comunicacional, y lo estético estará supeditado a ello.

     La imagen será, por supuesto, la gran dominadora. Si ya lo es en la actualidad, podemos pensar en cuanto se multiplicará. Siguiendo en esa línea, nos podemos imaginar desde volúmenes arquitectónicos que conjuguen con imágenes y sonidos, hasta proyecciones espaciales, con sonidos más que envolventes. A esta altura dejo planteado el interrogante de lo que puede significar la utilización de tales medios con fines no loables y en forma encubierta.

   
   


    
Pero en ese futuro, también habrá un lugar para el hombre como unidad. Entonces surge la pregunta... A tanta tecnología, ¿ corresponderá la imprescindible cuota de sensibilidad e intima emoción que necesita el individuo?. La respuesta es sí,... y habrá siempre un cuadro, un dibujo, una escultura, por modestos que sean. Creo que jamás desaparecerá el pomo y el pincel o la madera y la gubia con los que se seguirá pintando un paisaje o una naturaleza muerta o esculpiendo un torso. El ser humano necesitará reconocerse, revivir constantemente su historia. Le será imprescindible -viendo un “paisajito”- revivir el parque o algún lugar donde de niño su padre lo llevaba a pasear; o su recuerdo se refugiará en un sencillo “cuadrito” con un vaso con flores. Esas imágenes, simples, casi elementales, le serán imprescindibles para retroceder en el tiempo, para aquilatar las experiencias vividas, los recuerdos que guarde en su alma. Todo ello porque eso corresponde a la intimidad del hombre, a su mundo interior, a sus afectos, a sus desvelos, a su historia.

     Pero el arte monumental que lo rodeará y el íntimo que lo serenará, no constituirán un enfrentamiento, sino que serán una complementación. El mundo exterior y el interior se balanceará dentro de cada uno.
De cualquier manera el arte del futuro, nos presentará las realidades de nuevas sociedades con sus nuevas problemáticas. Debemos bregar para que tales expresiones sean auténticas, genuinas y –sobre todo- que cumplan con el mandato supremo del arte: enriquecer al ser humano, al simple –pero trascendente- espectador.

   
Luis Fernández Arroyo - PINTOR ARGENTINO CONTEMPORANEO            info@fernandezarroyo.com.ar