Ésta es la historia de mi pintura.
Comencé pintando como un impresionista más.
He pasado muchas horas al aire libre pintando paisajes; inefables horas, besado por el sol y acariciado por el viento.

Hace años dejé de hacerlo, y mis paisajes comenzaron a ser la sumatoria de tantos otros: la síntesis de mis recuerdos, mis vivencias y mi imaginación. De allí que -con el tiempo- la abstracción comenzó a instalarse en mi pintura.

Hoy, mi pincel se ha liberado, y se ense?orea libremente en la tela. Atiende tan solo a las reglas que siempre me han guiado: colores sostenidos por una estructura; todo sujeto a los principios ?ticos de la autenticidad, de querer pintar cuadros que lleguen al alma del espectador, y de seguir siendo fiel al pomo y al pincel.